churchLa Iglesia en Cristo

Dr. Marco A. Huerta

La Iglesia es fruto de la bondad con que Dios busca desde el Evangelio, reunir a los hombres en su Hijo Jesucristo. Este encuentro no es simplemente para crear algún tipo de fenómeno asociativo. Lo que realmente busca Dios, es el idóneo escenario donde su perfecta paternidad sea el deleite de aquellos que se unen a El.

La Iglesia tiene su definitoria identidad en la persona de Jesús. Nace de Cristo, y en Cristo subsiste (Efesios 1:22-23). En esta subsistencia, la Iglesia trasciende hasta ser una auténtica expresión de la omnipresencia de Jesucristo; donde está presente la Iglesia está Cristo presente (Mateo 18:20, 28:20, Colosenses 1:26-27). Así como Jesucristo es la imagen fiel del misterio de Dios (Colosenses 1:15), la Iglesia es llamada a ser la imagen fiel del Cristo ascendido en Gloria (I Juan 2:5-6). Todo esto es posible, por la operación pneumatológica de Dios en la vida de los creyentes. El Espíritu Santo encamina a la Iglesia a vivir en la plenitud de Señor; la Iglesia es en Cristo (Colosenses 1:17-18)

La Iglesia es una comunidad “llamada” (ἐκκλησία Ekklesía), para ser “pueblo de Dios” (קהל Q’hal). Es un pueblo elegido para ser su preciada familia. Una familia que no tiene ninguna imagen o realidad que la segmente. Es un pueblo indivisible, donde ningún tipo de barrera la limita. Es una comunidad que se haya perfectamente una en Cristo (Gálatas 3:28, Romanos 12:5). En esa perfecta unidad, no se da lugar a categorizaciones ni mucho menos jerarquías, ya que sólo Cristo es su cabeza (Colosenses 1:18).

La Iglesia vive de la Palabra, ya que en ella está la fuente de su fe. La Palabra hace sólida su confianza presente y venidera. Las promesas contenidas en la Palabra, exponen a la Iglesia a grandes posibilidades y significancias. La Palabra centraliza la Iglesia en Jesucristo, y en ese singular encuentro, la Iglesia se haya como su cuerpo (I Corintios 12:27).

Al contemplar la belleza de la Iglesia, nos encontramos con el misterio de Jesucristo. Al encontramos con la belleza de Cristo, nos encontramos con el misterio de su Iglesia. Cristo da testimonio de la belleza de su amada, como ella da testimonio de la belleza de su amado. Es la Iglesia la expresión del amor del Cristo que reúne en su gracia a los que oyen su voz (Juan 10:27-28). La Iglesia es el pueblo que ha recibido el misterio de la fe. Es el rebaño donde el Reino es perfectamente interpretado.

La Iglesia ha nacido de la entrega de Cristo por nuestra salvación. Es parte de la dulces consecuencias de la Justicia de Dios, revelada en el Evangelio. Dios por amor a su nombre, se ha provisto de un pueblo que vive y expresa su Justicia. En ese vivir intenso, la Iglesia toma conciencia del ambiente divino que la rodea (II Pedro 1:4).

La Iglesia nace de Cristo y de Cristo vive. Dios mismo la ha empoderado y constantemente la santifica a través de la obra dinámica del Espíritu Santo. La Iglesia no es una espontanea idea, mas bien, es una realidad eterna concebida por Jesucristo. El Cristo que muere y resucita conforme a las Escritura llamo a la Iglesia a existir. Todo aquel que ha creído en el anuncio del Evangelio de Dios, ha sido llamado a existir como su Iglesia (Mateo 16:18).

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